El concepto del principio de precaución ha existido desde hace mucho tiempo en dichos como “más vale prevenir que lamentar” o “hombre prevenido vale por dos”. El término “principio de precaución” como es usado ahora en salud pública y ambiental significa que cuando una actividad representa riesgo a la salud humana o al ambiente, se deben tomar medidas de precaución, aún si no se han establecido totalmente las relaciones entre la causa y el efecto.

El principio de precaución exige prueba de seguridad de una actividad o sustancia. Ni el gobierno federal o estatal han establecido un criterio específico o aprobado reglamentos ambientales para implementar este principio. Actualmente, un químico industrial nuevo puede entrar en el mercado sin casi ninguna prueba de seguridad. Para que pueda quitarse un químico del mercado, debe existir evidencia científica que no es seguro o daña la salud humana. Los estudios de salud de trabajadores o de comunidades expuestas a los químicos pueden proveer información que muestre que un químico puede causar una enfermedad. La aplicación del principio de precaución terminaría las exposiciones que pudieran afectar la salud de los trabajadores y las comunidades.

El principio de precaución se ha vuelto parte de las leyes sobre químicos en la Unión Europea y en Canadá. La Unión Europea empieza a implementar la ley en reglamentos bajo la Registración, Evaluación, Autorización y Restricción de Químicos (REACH por sus siglas en inglés.) Desde julio del 2008, REACH requiere la registración de nuevos y viejos químicos. REACH aplica a 30,000 químicos que son producidos, importados o usados en cantidades mayores de una tonelada. Sin embargo, mucho del énfasis sobre las pruebas será para los químicos que se produzcan, importen o usen en cantidades mayores a 10 toneladas. REACH requiere información sobre la toxicidad a la salud y al ambiente tanto de químicos nuevos como los ya existentes. Estas pruebas y la seguridad de la sustancia es responsabilidad de la industria, no del gobierno. Aunque existe un esfuerzo de la industria para limitar la cantidad de información disponible al público, REACH pide que se haga pública la información sobre las pruebas y la toxicidad. Esta base de datos podría ser un recurso importante para los habitantes de los Estados Unidos.